Herpes Zóster: más allá del dolor.
El Herpes Zóster es una infección neuro-cutánea, causada por la reactivación del virus de la varicela-zóster (Herpes virus tipo 3), que permanece latente en el sistema nervioso después de una infección primaria de varicela en la etapa infantil.
Se conoce también como Culebrilla (pequeña serpiente), por la forma de presentación clínica y propagación de las ampollas.
Es frecuente en la etapa adulta, a partir de los 50 años existe un riesgo acelerado por la disminución de la respuesta inmunológica.
Las personas con antecedentes de Cáncer, VIH, tratamiento con corticoides, quimioterapia, enfermedades autoinmunes, entre otras condiciones médicas corren mayor riesgo de adquirir el Herpes Zóster.
Posterior a la Pandemia por el Covid-19, el Herpes Zóster y sus complicaciones aumentaron debido a la falta de vacunación, control de los riesgos y demora en el tratamiento de dicha enfermedad, afectando hasta 10 a 11 veces más al año a las personas. La familia y los pacientes lo consideran como experiencia traumática, generando alteraciones del sueño, depresión y ansiedad grave.
Su manifestación frecuente es unilateral, aparece en un segmento (dermatoma) del cuerpo o rostro. La ubicación más común suele ser a lo largo de una banda en un lado de la cintura, a nivel de las costillas.
Los síntomas asociados son:
- Escalofríos, fiebre, dolor de cabeza o malestar estomacal
- Ampollas llenas de líquido dolorosas tipo ardor
- Hormigueo, picazón intenso o entumecimiento en la zona de la aparición de vesículas o costra.
Si sospechas que padece herpes zóster, es fundamental que consulte a su médico lo antes posible. El médico realizará el diagnóstico clínico y podrá brindarle un plan de tratamiento adecuado y oportuno. El médico podría solicitar pruebas de laboratorio para reconfirmar el diagnóstico y etapa de la enfermedad, así como otros estudios según sus comorbilidades. Aunque no hay una cura definitiva para esta enfermedad, el tratamiento temprano con medicamentos antivirales, analgésicos y otras medidas de cuidado pueden acelerar la desaparición de las ampollas, reducir el dolor y evitar las complicaciones.
¿Cuánto tiempo dura la culebrilla?
En la mayoría de los casos, se resuelve dentro de las 4 semanas, sin embargo, puede extenderse.
- 2 días previos a la aparición de vesículas, la primera señal característica es el ardor doloroso o picazón en un lado del cuerpo.
- Durante los próximos 7-10 días, se desarrolla un sarpullido rojo, en esta etapa es contagioso hasta la formación de costra.
- Después de 2-4 semanas, el sarpullido y las costras desaparecen.
La complicación más frecuente del herpes zóster es la afección del sistema nervioso periférico:
- Inflamación de los nervios: puede provocar dolor intenso agudo que se describe comúnmente como punzante, ardiente o eléctrico.
- Neuralgia posherpética (PHN): se caracteriza por dolor crónico que persiste después de que las lesiones cutáneas hayan sanado. Este dolor puede durar semanas, meses o incluso años, y puede ser debilitante para algunas personas.
- Daño nervioso permanente: este daño puede afectar la capacidad del nervio para transmitir señales correctamente, generando limitación funcional
- Respuesta inflamatoria del cuerpo: puede afectar a diversos órganos como el cerebro, páncreas, hígado, vasos sanguíneos.
El dolor asociado con el herpes zóster puede ser debilitante y tener un impacto significativo en la calidad de vida de los pacientes. Es prevenir y tratar a tiempo esta enfermedad.
La vacuna recombinante es la medida más efectiva para prevenir el Herpes Zóster y sus complicaciones durante los próximos 8-10 años.
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Revisado por el Dr. Jorge Durand